Siempre he sido un soñador, pero también un hombre de acción. Desde que era un niño, jugando con bloques de LEGO, la idea de construir algo tangible, algo que perdurara, me fascinaba. Ese gusanillo nunca me abandonó y, con el tiempo, se transformó en una pasión por la ingeniería y la arquitectura. Después de años trabajando en el sector de la construcción para otras empresas, tanto grandes como pequeñas, sentí que era el momento de dar el gran salto. Mi propio camino, mi propia visión. Y así nació la idea de fundar mi propia empresa construcción Pontevedra.
La decisión no fue fácil, lo admito. Emprender siempre conlleva riesgos, y en un sector tan competitivo como el de la construcción, aún más. Pero la ilusión y la experiencia que había acumulado durante años pesaban más que cualquier duda. Conocía el terreno, los proveedores, las regulaciones locales y, lo más importante, las necesidades de la gente de esta provincia. Pontevedra es un lugar en constante crecimiento, con un gran potencial para el desarrollo urbanístico y la rehabilitación, y vi una oportunidad clara para ofrecer algo diferente: una constructora que no solo se centrara en la calidad y la eficiencia, sino también en la cercanía con el cliente y el respeto por el entorno.
Mis primeros pasos fueron un torbellino de gestiones. Constituí la sociedad, tramité licencias, busqué una oficina que me inspirara (¡y la encontré en el corazón de la ciudad!), y empecé a formar mi equipo. No quería solo empleados, quería compañeros que compartieran mi entusiasmo y mi ética de trabajo. Profesionales con talento, pero también con esa chispa de pasión por la construcción que yo tengo. Los primeros contactos con clientes fueron emocionantes. Pequeñas reformas, proyectos de viviendas unifamiliares… cada uno de ellos era un ladrillo más en la construcción de mi sueño.
Sé que el camino será largo y estará lleno de desafíos. Habrá días buenos y días no tan buenos. Pero cada vez que veo una de nuestras obras terminadas, cada vez que un cliente me da las gracias con una sonrisa, sé que todo el esfuerzo vale la pena. Mi objetivo es que mi empresa, nuestra empresa, se convierta en un referente en Pontevedra, sinónimo de confianza, innovación y un trabajo bien hecho. Queremos ser parte del crecimiento de esta hermosa ciudad y su provincia, construyendo no solo edificios, sino también relaciones sólidas y duraderas. Y lo haremos, ladrillo a ladrillo, con la misma pasión que me impulsó desde el principio.