La corbata. Muchos hombres siguen vistiendo con corbata y es un detalle que aporta mucha personalidad a la imagen de cualquiera. Pueden ser juveniles, serias, elegantes, desenfadadas… pero, ante todo, tienen que combinar perfectamente con la ropa y el resto de elementos para que el conjunto funcione. Muchos hombres usan corbata para sus looks formales, sobre todo los relacionados con el mundo laboral. Otros, la usan incluso en su tiempo libre, aunque escogiendo estilos diferentes y que reflejan más su personalidad y su forma de vestir fuera del trabajo.
Los zapatos. Los zapatos viven una mala época. Parece que todo el mundo ha decidido llevar zapatillas deportivas o calzado informal incluso con trajes. Pero unos zapatos de calidad son un toque de estilo y aportan una personalidad que no puede dar ningún otro tipo de calzado. Muchos hombres lo saben y no renuncian a tener zapatos de calidad, con una cuidada elaboración. Y, lo mejor de todo, es que estos zapatos son tan cómodos como cualquier zapatilla deportiva y mucho más bonitos y elegantes. Solo hay que probarlos para descubrir que es totalmente así.
El reloj. Otro elemento que parece que ya nadie usa pero que es todo un símbolo de elegancia. Y no solo los relojes de oro o de grandes marcas pensados para impresionar en el trabajo, también los relojes de calidad pero con cierto aire deportivo como el patek philippe nautilus. Cualquier hombre con clase sabe que un reloj es parte fundamental de su imagen y que no se trata tan solo de tener la hora, se trata de tener clase, de tener un estilo personal y de mostrar que los detalles importan y conforman el look de cualquier hombre.
El perfume. No se ve, pero deja su huella y marca la imagen tanto como la ropa, el peinado o los complementos. Un buen perfume se nota cuando la persona que está a tu lado lo huele. Y hace que muchas veces, con solo olerlo ya se sepa que llegas. Por eso, hay que elegirlo con mucho cuidado y debe de mostrar tu personalidad. Pero, sobre todo, debe de ser de alta calidad para que no resulte molesto. No se trata de usar una gran cantidad de perfume, sino el justo para que deje esa huella imborrable cuando se pasa por un lugar.